Somos
muchos los que, tras descubrir que hemos sido tocados por la varita de la
Eyaculación Precoz nos preguntamos una y otra vez si es posible que estemos
enfermos (con lo que implica el significado pleno de la palabra “enfermedad”).
¿Será algo psicológico lo que me ocurre o por el contrario sufrimos algún
problema físico? Son muchas las preguntas que nos vienen a la mente y que con
el tiempo descubres que tiene respuestas sencillas.
A
pesar de la dificultad que puede suponer explicar qué con claridad qué
significa ser Eyaculador Precoz sí es cierto que podemos responder con
rotundidad y sencillez a esta cuestión que tanto nos preocupa. ¿Es la
Eyaculación Precoz una enfermedad?
Rotundamente NO.
La
Eyaculación Precoz no es una enfermedad sino un trastorno o
disfunción sexual que afecta al proceso eyaculatorio y por tanto a nuestra
sexualidad individual y en pareja (es en este segundo ámbito y por razones
obvias el que más suele preocuparnos a aquellos que sufrimos de precocidad
eyaculatoria).
Si
tratamos de buscar información sobre este trastorno podremos observar que la
mayoría de los especialistas coinciden en que las causas están más relacionadas
con la psicología (aspectos psicogénicos) que con aquellas puramente orgánicas
(físicas).
Por tanto, cuando desafortunadamente pasamos a ser hombres
disfuncionales deberíamos ser conscientes de que el camino a una posible
solución (si fuese posible) está en buscar y tratar hándicaps mentales más relacionados
con aspectos de nuestra psique que con problemas físicos localizados en puntos
concretos de nuestra anatomía.
Es
por tanto, es inevitable que el Eyaculador Precoz se haga a sí mismo todo tipo
de preguntas cuando descubre que algo en su proceso eyaculatorio no está dentro
de la normalidad o al menos dentro de su control. Pero es fundamental ser
consciente de que no estamos enfermos. Nuestra disfuncionalidad nada tiene que
ver con lo que se entiende por enfermedad aunque lo primero que uno pueda
llegar a pensar sea eso.
Yo
mismo debo confesar que siempre pensé que mi mal escondía su principal origen
en algún aspecto físico de mi organismo. No sólo lo pensé, sino que llegué a
desearlo puesto que de alguna manera siempre soñé con la remota posibilidad de
que existiera una intervención quirúrgica o tratamiento que pudiera
solucionarlo por completo. Pero está claro que no es así.
Conocerse
a uno mismo y tratar de buscar la mejor manera de ayudarnos es una de las
mejores maneras de buscar una solución a nuestro mal o al menos tratar de
paliar sus efectos negativos dentro de nuestras relaciones de pareja. Al menos
a mí me sirvió de mucho descubrir que a pesar de todo NO ESTOY ENFERMO sino que soy un chico DISFUNCIONAL.