martes, 20 de diciembre de 2016

En el 2017 seguiré estando ahí... ¡Feliz año a todos/as!

     Hace algunos meses que no vengo por aquí. No es que lo haya dejado de lado, para nada. Sigo entrando a menudo, leyendo, releyendo y recibiendo mensajes en el correo del blog (elblogdelaep@gmail.com) en el que cada día afectados por la precocidad eyaculatoria tratan de hacerme llegar sus inquietudes y experiencias al respecto.  

Sigo tan interesado en este tema como aquel día en que descubrí que (inevitablemente) formaba parte de esta comunidad. También es cierto que no me siento con la suficiente motivación para escribir nada interesante en él. Me muevo por impulsos y, aunque sigo siendo EYACULADOR PRECOZ (y nunca dejaré de serlo), ahora no tengo nada que decir, nada interesante que compartir al respecto…

Para nosotros, los eyaculadores precoces, cada día es un reto. El paso del tiempo nos va dejando claro que los que sufrimos este trastorno estamos condenados a seguir montados en esa montaña rusa que significa no poder controlar nuestro proceso eyaculatorio como suelen hacer la mayoría de los chicos… y eso no es fácil de llevar en tu día a día. A veces estamos arriba y nos sentimos arropados y apoyados (en el caso de aquellos que tenemos pareja)  y otras, en cambio, estamos en lo más profundo del abismo por sentirnos los seres más impotentes y despreciables del mundo... y es que, quien no experimente esto así es que no está afectado realmente por la temida precocidad eyaculatoria (afortunados ellos, por tanto).

Así que, y a pesar de ser consciente de que no hay nada que transmitir por el momento, me gustaría mandar un saludo a todos aquellos chicos (y chicas) que llegan cada día hasta aquí… No sé si algo de lo que he dejado en este sitio puede servirles de ayuda, pero al menos podrán tener una idea más o menos clara de lo que significa ser eyaculador precoz. En cualquier caso, bienvenidos todos y todas.

Yo, por el momento seguiré aquí. No dejaré de estar a vuestro lado y de contar con vosotros. Sigo sintiendo que, este blog es la mejor terapia que tengo para afrontar esto que tanto me preocupa y que me hace vivir cada día experiencias y sensaciones distintas. Mi terapia debe continuar. Mis reflexiones debo seguir plasmándolas en este lugar del ciberespacio para que no me martilleen en el cerebro como el estribillo de una canción pegadiza… me hace bien compartir con vosotros aquello que me pasa por la mente y que, por motivos obvios no puedo compartir con otras personas.

Gracias por haber pasado en algún momento de este año que termina por aquí y haber dejado vuestra huella a través de comentarios y compartiendo conmigo (y por tanto con el resto) vuestras experiencias personales que han hecho sin duda que hayamos podido aprender algo más sobre esto que nos ocurre y que tiene nombre. Deseo de corazón que el año que llega sea mucho más fructífero en vuestra experiencia con el control eyaculatorio o, al menos, consigáis ser felices en vuestras relaciones sexuales (y por supuesto en las sentimentales, si os apetece).

          



   Feliz año 2017 a todos/as y que el nuevo año venga cargado de ánimos y energía para afrontar los efectos de la EYACULACIÓN PRECOZ. Sigo pensando que con esto, aunque parezca difícil, se puede vivir… ¡Feliz 2017!

sábado, 9 de abril de 2016

La Eyaculación Precoz, ¿Es una enfermedad?

Somos muchos los que, tras descubrir que hemos sido tocados por la varita de la Eyaculación Precoz nos preguntamos una y otra vez si es posible que estemos enfermos (con lo que implica el significado pleno de la palabra “enfermedad”). ¿Será algo psicológico lo que me ocurre o por el contrario sufrimos algún problema físico? Son muchas las preguntas que nos vienen a la mente y que con el tiempo descubres que tiene respuestas sencillas.

A pesar de la dificultad que puede suponer explicar qué con claridad qué significa ser Eyaculador Precoz sí es cierto que podemos responder con rotundidad y sencillez a esta cuestión que tanto nos preocupa. ¿Es la Eyaculación Precoz una enfermedad? 

Rotundamente NO.

La Eyaculación Precoz no es una enfermedad sino un trastorno o disfunción sexual que afecta al proceso eyaculatorio y por tanto a nuestra sexualidad individual y en pareja (es en este segundo ámbito y por razones obvias el que más suele preocuparnos a aquellos que sufrimos de precocidad eyaculatoria).

Si tratamos de buscar información sobre este trastorno podremos observar que la mayoría de los especialistas coinciden en que las causas están más relacionadas con la psicología (aspectos psicogénicos) que con aquellas puramente orgánicas (físicas). 

Por tanto, cuando desafortunadamente pasamos a ser hombres disfuncionales deberíamos ser conscientes de que el camino a una posible solución (si fuese posible) está en buscar y tratar hándicaps mentales más relacionados con aspectos de nuestra psique que con problemas físicos localizados en puntos concretos de nuestra anatomía.

Es por tanto, es inevitable que el Eyaculador Precoz se haga a sí mismo todo tipo de preguntas cuando descubre que algo en su proceso eyaculatorio no está dentro de la normalidad o al menos dentro de su control. Pero es fundamental ser consciente de que no estamos enfermos. Nuestra disfuncionalidad nada tiene que ver con lo que se entiende por enfermedad aunque lo primero que uno pueda llegar a pensar sea eso.

Yo mismo debo confesar que siempre pensé que mi mal escondía su principal origen en algún aspecto físico de mi organismo. No sólo lo pensé, sino que llegué a desearlo puesto que de alguna manera siempre soñé con la remota posibilidad de que existiera una intervención quirúrgica o tratamiento que pudiera solucionarlo por completo. Pero está claro que no es así.

Conocerse a uno mismo y tratar de buscar la mejor manera de ayudarnos es una de las mejores maneras de buscar una solución a nuestro mal o al menos tratar de paliar sus efectos negativos dentro de nuestras relaciones de pareja. Al menos a mí me sirvió de mucho descubrir que a pesar de todo NO ESTOY ENFERMO sino que soy un chico DISFUNCIONAL. 

martes, 22 de marzo de 2016

El proceso eyaculatorio II: "Las fases de la eyaculación"


    Como ya expresé en el post anterior, para un Eyaculador Precoz se hace indispensable conocer a fondo cuáles son las fases que intervienen en el proceso eyaculatorio. Hacerlo nos podrá ayudar a detectar aquel momento en los que aún estamos a tiempo de poder “parar” el ritmo que nos llevará inevitablemente a una eyaculación incontrolada y desastrosa.    

          Los expertos revelan que son varias las fases por las que los hombres pasamos desde que comenzamos nuestros jugueteos amorosos con besitos y arrumacos hasta que la concluimos con la más que conocida “eyaculación”.

            La primera sería la fase de “Excitación”. Es el principio de toda relación sexual. Sentimos la necesidad de tener relaciones y a través de besos y manoseos varios nuestro cuerpo entra progresivamente en un período de agitación y nerviosismo que afecta a nuestra respiración. Es aquí donde se van produciendo aquellos cambios morfo-funcionales que tiene que ver con la erección del pene, el ritmo cardíaco, respiración, etc.

        La segunda fase es la denominada “Meseta”. En este período es donde se producen esas pequeñas (o no tan pequeñas dependiendo del nivel de excitación de cada individuo) secreciones desde la glándula de Cowper. Es donde comenzamos a notar que nuestro pene se humedece y segrega un líquido viscoso y transparente conocido como “fluido preseminal” o “preeyaculatorio”. Su función no es otra que la de ser un lubricante natural con el objetivo de facilitar la salida exitosa de semen en la eyaculación a través de la uretra.

           Me detengo en esta fase pues, para un Eyaculador Precoz aquí comienza su principal dificultad. Si para cualquier chico esta fase puede durar bastante, para nosotros este periodo pasa volando. Podría decirse que, pasamos de la primera fase a la tercera directamente sin apenas detenernos. Se puede afirmar que, el grado de excitación de un Eyaculador Precoz en esta fase es ya tan intensa que enseguida pasa a la última fase a una velocidad asombrosa.

            ¡Aquí aún es posible parar!

No sólo es posible sino que debemos hacerlo si no queremos entrar en un “no retorno” en el que ya sería imposible dar marcha atrás. Estas pausas pueden presentarse como un problema en nuestras parejas sexuales pues lógicamente les interrumpe y afecta a su grado de excitación, pero un Eyaculador Precoz debe, es este momento, redirigir la actividad sexual (hacia otros puntos erógenos) de manera que pueda seguir disfrutando de la actividad sexual sin que eso signifique verse abocado a un inminente final que no satisfaría a ninguno de los dos. ¡Sería un cambio de tercio disimulado!

            Y por último llegaría la tercera y última fase denominada “Eyaculatoria”. Aquí sí que no hay nada que hacer ni para unos ni para otros. Seas o no Eyaculador Precoz si entras en la tercera fase ya no puedes dar marcha atrás. Se trata del momento justo en el que se produce la expulsión del esperma por la uretra. Aquí entra en juego el conocido “punto de inevitabilidad eyaculatoria” y es que por más que lo desees es imposible frenar la eyaculación si ya estás dentro de esta fase.

            Parece una tontería pero a mí me ayuda saber dónde me encuentro en cada momento de mi actividad sexual. Evidentemente es tu nivel de excitación el que va a determinar si puedes o no controlar tu eyaculación pero es fundamental saber cuándo aún estas a tiempo de hacer algo y cuando no, si es que quieres, al menos, intentarlo. 

        No perdemos nada por tratar de aprender cada día un poco más sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Esto nos ayudará sin duda a mejorar progresivamente y a hacer todo lo que esté en nuestra mano para solucionar lo que tanto nos preocupa. ¿Y tú? ¿Conocías estas fases? ¿Crees que puede ayudarte a mejorar en algo? ¿Qué piensas al respecto?

sábado, 12 de marzo de 2016

El proceso eyaculatorio I: "Orgasmo y Eyaculación"

     De sobra todos sabemos qué es la eyaculación pero, ¿conocemos su proceso? Aunque hacerlo no signifique una solución definitiva, si puede ayudar a muchos Eyaculadores Precoces a encontrar ese “punto exacto” de excitación donde aún estamos a tiempo de poder controlar el reflejo eyaculatorio. ¿Es lo mismo “eyacular” que “tener un orgasmo”? ¿Se puede eyacular y no sentir un orgasmo? ¿Qué técnicas contra la Eyaculación Precoz suelen impedir que sintamos un orgasmo?


            
         Desde que soy consciente de mi precocidad eyaculatoria he sentido más necesidad e interés por conocer los intríngulis que encierra el proceso eyaculatorio, quizá buscando un análisis que me llevara a “controlar”, aunque fuera mínimamente, mi reflejo eyaculatorio. 

        Mi manía persecutoria por tratar de encontrar una solución definitiva a "mi mal" me ha llevado a interesarme por aspectos sexuales en los que jamás habría reparado y a tratar así de buscar respuestas a cuestiones que desconocía por completo.

            He aquí, algunas reflexiones sobre de ellas…

            ¿Es igual “tener un orgasmo” que “eyacular”? Rotundamente No. Aunque en el caso de la eyaculación masculina van muy de la mano.

Expresado de una manera sencilla, se entiende que experimentamos un orgasmo cuando sentimos un momento álgido de placer en la actividad sexual debido a la sobre-excitación y a la ansiedad que nos produce. Es el clímax. Una sensación de euforia generalizada que, a menudo, viene acompañado de movimientos corporales involuntarios y  los conocidos “gemidos”. Los chicos, solemos experimentar un orgasmo justamente cuando eyaculamos, pero no necesariamente debe de ser así.

Eyacular, es algo distinto. Es la expulsión de semen por la uretra. Es el culmen de la actividad sexual.

            Pero ¿Podemos eyacular sin sentir un orgasmo? Así es. Y los Eyaculadores Precoces lo hemos experimentado con seguridad en alguna ocasión. Fue curioso para mí descubrir que, aunque no siempre seamos consciente de ello, muchos Eyaculadores Precoces, a menudo, llegamos a eyacular sin sentir necesariamente un orgasmo. ¿Cuándo suele ocurrir esto? Cuando usamos, por ejemplo, la archiconocida técnica de “pensar en otra cosa”. Esta técnica, te aconseja engañar a tu cerebro, es decir, te sugiere “evadirte mentalmente”, a través de pensamientos que te hagan bajar tu nivel de excitación sexual, como pueden ser; pensar en el trabajo, en alguna experiencia negativa, en un partido de fútbol, etc., para evitar la sobre-excitación y disminuir la ansiedad sexual evitando, por tanto, que eyacules precozmente.

            Está claro que no es lo suyo, pero supone un buen ejemplo para comprender como muchos chicos que sufrimos este trastorno solemos “sacrificar” nuestros orgasmos por ganar unos segundos más de placer antes de eyacular. Es un peaje que “solemos” pagar y que no siempre cumple su objetivo. ¡Una verdadera lástima!

            Lo ideal es poder sentir varios orgasmos antes de eyacular finalmente pero el Eyaculador Precoz tiene esta tarea algo complicada si no es capaz de conocer en qué momento del proceso eyaculatorio se encuentra. Por ello, es fundamental conocerlo tratando así de identificar las fases por las que pasa para tener un mejor control de cuáles son los momentos en los que aún se está a tiempo de “hacer algo…

Si te apetece saber más sobre el proceso eyaculatorio, no dejes de pasarte por este sitio web… 

sábado, 20 de febrero de 2016

¿Conocías el papel que juega el nivel de Serotonina en tu Eyaculación Precoz?

¿Habéis escuchado hablar de la “Serotonina” alguna vez? Yo hasta hace unos años no.  Sin embargo, esta hormona inhibidora que actúa como neurotransmisora del Sistema Nervioso Central (SNC) está más relacionada de lo que yo jamás hubiera imaginado con mi precocidad eyaculatoria. 

Según diversos estudios, una de las causas de nuestro mal puede ser la presencia de un bajo índice de Serotonina en nuestro cerebro

¿Y qué significa esto? Muy sencillo. Que si bien esta hormona es la encargada de controlar aspectos tan fundamentales como pueden ser el deseo sexual, el apetito o el estado de ánimo, podría decirse que un Eyaculador Precoz no cuenta con los niveles suficientes como para que esta hormona pueda realizar bien su trabajo.

Podría decirse que, los que sufrimos de Eyaculación Precoz no contamos con la ayuda de la Serotonina para poder encontrar un grado de inhibición suficiente que haga que no nos excitemos tan rápido y por consiguiente eyaculemos antes de lo deseado.

Quizá me explique mejor a través del siguiente ejemplo. Cuando estamos nerviosos y nuestro nivel de serotonina está dentro del rango considerado “normal” esta hormona nos ayuda a calmarnos. Sin embargo, si nuestro nivel es bajo, encontrar la calma será algo más complicado. Lo mismo ocurre con la precocidad eyaculatoria. El Eyaculador Precoz con un bajo nivel de serotonina y un alto nivel de excitación encuentra mucha más dificultad para disminuir su nivel de ansiedad por lo que está condenado a eyacular con más rapidez.

¿Y cómo podemos aumentar el nivel de serotonina en nuestro cerebro? A través de algo tan sencillo como es “la ingesta de determinados alimentos”. Ya que la serotonina se regenera a partir de aminoácidos esenciales que únicamente pueden ser asimilados a través de la alimentación.

Pero no te confundas. La serotonina no está presente en ningún alimento. No. Aunque si es cierto que, muchos de ellos son ricos en “triptófanos” que son unos nutrientes precursores indispensables en la fabricación de la serotonina, con lo cual ingerirlos podría traernos beneficios a largo plazo en nuestra vida sexual.

Ahora te estarás preguntado cuáles son esos alimentos que favorecen la regeneración de nuestra serotonina. Te cuento. Al parecer, entre ellos se encuentran algunos tan habituales en nuestra dieta cotidiana como son las almendras, los productos lácteos, los huevos, el pescado, plátanos y los cereales.., y en otros menos usuales como son el tofu, las pipas de calabaza, frijoles, chocolate negro, semillas de sésamo, etc.

A final, va a ser cierta esa frase de… “Somos lo que comemos”. Por si las moscas, yo ya estoy tratando de enriquecer mi dieta con algunos de estos manjares que, ¿quién sabe? quizá me puedan ayudar a mejorar en algún aspecto de esto que tanto me preocupa.

Pero ¿Y tú? ¿Qué opinas al respecto? ¿Conocías el papel que juega esta hormona en la Eyaculación Precoz? 

jueves, 4 de febrero de 2016

¿Supuso la "circuncisión" una solución definitiva a tu Eyaculación Precoz?

   Somos muchos los que llegamos a pensar que la circuncisión puede ser una posible solución a nuestra precocidad eyaculatoria pero... ¿Es cierto esto o sólo es una leyenda urbana? ¿Habrá alguien que haya solucionada su Eyaculación Precoz sometiéndose a esta cirugía?

No son pocos los chicos (e incluso alguna chica) que han llegado hasta el blog preguntándose sobre si la cirugía de la circuncisión podría suponer el fin definitivo a este problema. Lo cierto es que, algunos de ellos, cuentan que han podido "aliviar" o "mejorar" su control eyaculatorio sometiéndose a esta intervención quirúrgica. Y no es tan extraño ya que, en ocasiones, se aconseja la circuncisión para conseguir que baje la sensibilidad en la zona del grande y se pueda así retardar la eyaculación.

Esta intervención se realiza cuando existe fimosis: casos en los que la piel del prepucio no puede bajar y dejar el glande al descubierto por lo que, en ocasiones puede causar dificultades al orinar ya que la humedad puede provocar infecciones repetidas además de suponer un hándicap a la hora de mantener relaciones sexuales al no poder retraerse bien la piel del prepucio que recubre el glande (dolor, presión, heridas, sangrado, etc.)

Yo era uno de ellos. No fue hasta estar bien "crecidito" cuando decidí visitar al doctor para consultarle sobre si creía o no conveniente que me practicaran una intervención de este calibre pues sospechaba (por la fisonomía de mi pene) que padecía fimosis.

Y así fue. A pesar de mi corta edad, en aquel momento ya era consciente de mis dificultades para controlar la eyaculación y quise ver en esta intervención una solución a mi problema. Sí, me hice ilusiones. Ya había leído que en algunos casos había conseguido mejorar el control eyaculatorio y mis deseos de convertirme en una persona “normal” hicieron que me convenciera en que todo iba a salir genial. Un antes y un después...

Evidentemente no fue así, y tras un tiempo de convalecencia pude comprobar con angustia que, a pesar de haberme sometido a una circuncisión para solucionar mi fimosis en nada había cambiado mi tiempo de eyaculación. Aunque esta no es más que mi experiencia personal. No tiene que ser igual en todos los casos. Quizá a tí te fue diferente... ¿porqué no?

En mi caso, insisto, no supuso una solución al problema. Sí es cierto que me trajo muchos beneficios evidentes, más relacionados con evitar posibles infecciones y una mejor higiene genital que con solucionar mi control eyaculatorio. ¡Menos es nada!

Seguro que muchos chicos ahora mismo están pensando en intervenirse o acaban de hacerlo y necesitan respuestas a sus interrogantes. ¿Y tú? ¿Mejoraste en algún aspecto después de haber sido circuncidado? Si aún no te has intervenido, ¿Qué expectativas tienes sobre esta intervención? Compártelo si te apetece a través de tus comentarios. 

domingo, 31 de enero de 2016

¿Cuándo descubriste que eras Eyaculador Precoz?

Sé que no sabías que se llamaba así, sé que no conocías que era un problema sexual tal como lo conoces hoy, pero... siempre hay un momento en el que comienzas a sospechar que algo no va bien... ¡Ese momento justo es al que me refiero!

Ahí va el mio...

Ha llovido mucho desde aquel momento en que, por primera vez, fui consciente de que algo raro me ocurría. Tendría unos doce o trece años cuando la inquietud por conocer mi cuerpo y experimentar con él me mostró la cruda realidad de lo que me sucedía y de lo que tardaría mucho comprender.

En primer lugar descubrí, por razones obvias, el lado más placentero de mi sexualidad, que no era otro que el deleite que me proporcionaba jugar inocentemente con mis genitales y experimentar con las sensaciones que mi cuerpo me ofrecía. Todo un mundo de sensaciones por descubrir ajenas a expectativas sociales, prejuicios, estereotipos y alejadas del “tempo” y todo lo que, más tarde, vendría asociado a él en lo que respecta a mi vida sexual. ¡Qué tiempos aquellos!

Recuerdo que los niños de mi barrio, con los que no tardé en inmiscuirme, hacían escapadas a un cañaveral cercano donde, de forma inocente y clandestina mirábamos revistas pornográficas que algún "pillo" robaba o se encontraba vete tú a saber donde... Y juntos, nos masturbábamos tratando de descubrir y experimentar con aquellas sensaciones que nuestro cuerpo nos ofrecía y que, en el fondo todos sabíamos que estaba "prohibido", lo cuál lo hacía aún más atractivo. Todos sabéis de lo que hablo.

Fue justamente en ese momento cuando comencé a sentir que algo en mí no iba bien. No fue complicado darse cuenta de que yo, independientemente de mi deseo, era el primero que eyaculaba. Recuerdo con angustia tener que esperar avergonzado a que todos terminaran de “jugar” mientras yo me preguntaba porqué los demás tardaban tanto. Era muy raro... Me inquietaba. Me sentía confuso y no comprendía nada. 

En la actualidad. recordarlo me resulta gracioso. Hoy comprendo que no estábamos más que experimentando inocentemente con nuestra sexualidad. Era un acto voluntario e instintivo. Pero son estos "jugueteos" de niñez los que me hacen pensar en que, por primera vez, en ese mismo momento pude ser consciente de que tenía un problema sexual. 

Evidentemente, debido a mi edad, no conocía la naturaleza ni la importancia del problema, pero yo ya deduje que el tiempo que yo invertía en llegar a eyacular nada tenía que ver con el que invertían el resto de chicos y por ende, con aquel que se esperaba de mí. Me sentía mal puesto que sólo me ocurría a mí. Con el tiempo supe que yo era ese "uno" que de cada "cuatro" no controla su eyaculación. 

Es difícil encontrar el momento justo en el que uno conoce que sufre un problema de este tipo. Muchos chicos no son conocedores de ello hasta que comienzan a tener sus primeras relaciones sexuales pero es cierto que, en todos los casos hay un denominador común: observas que tardas mucho menos en eyacular que el resto de chicos... y entonces comienza tu andadura por lo que significa ser Eyaculador Precoz. 

¿Y tú? ¿Recuerdas el momento en el que comenzaste a sentir que algo en ti no iba del todo bien?  Te invito a reflexionar y a bucear en tu pasado para buscar ese instante y si lo encuentras y te apetece lo compartas con nosotros a través de un comentario o usando el mail del blog.  

jueves, 14 de enero de 2016

Diferencia de ritmos...


      Al igual que ocurre con la música, el ritmo está muy relacionado con la precocidad eyaculatoria. Nuestra piel lleva impregnada un ritmo, un tempo, que nada tiene que ver con el de nuestra pareja sexual. Esta afirmación es una obviedad y cualquiera de nosotros podremos haberlo experimentado tantas veces como hayamos mantenido relaciones sexuales (me refiero a todos los que sufrimos EP pero también a aquellas personas que leen este sitio como parejas sexuales).
 A menudo, cuando tengo relaciones sexuales me auto-analizo. Lo sé. Esta actividad no debería estar presente en un acto tan “instintivo y salvaje” como es un acto sexual pero al menos en mi caso es casi inevitable. Como decía, analizo cada instante, cada segundo para tratar de averiguar dónde me encuentro dentro del acto y a la vez, para poder conocerme mucho más (sexualmente hablando). Trato, de esta forma, de anticiparme, de controlar en cada momento el lugar en el que estoy dentro de lo que podría ser una barra de progreso mental en la que conocer cuánto tiempo me puede faltar para llegar al final. Para que lo podáis entender, podría decirse que, a menudo, mi actividad sexual la podría imaginar como una barra de progreso, parecida a esas que aparecen en los ordenadores personales cuando estamos pasando archivos de una carpeta a otra. Me consta que esto sucede también en muchos otros chicos que sufren la EP (no tiene porqué ser en todos) “faltan 30 segundos…”
Como mencioné anteriormente, una acto sexual no debería llevar parejo un análisis tal puesto que le resta libertad y la convierte en una actividad más psicológica que física pero aun así, como ya mencioné, no puedo evitar hacerlo. En una de las últimas veces en la que mantuve relaciones sexuales con mi pareja (a la que nunca tendré forma de agradecer todo lo que sacrifica por mí) mi atención estuvo muy centrada en esta diferencia de ritmos. En un principio, pensé que la presencia de esta “diferencia” era más evidente para nosotros que para nuestras parejas. Más tarde, mi continua necesidad reflexiva me ha llevado a la conclusión de que esta afirmación no es del todo cierta. Para nosotros, la diferencia de ritmo es evidente puesto que cuando vamos por los preliminares ya nuestro corazón bombea a un nivel casi eyaculatorio (y nuestro nivel de excitación evidentemente va en armonía y sinfonía con este momento concreto de la actividad sexual). Por el contrario, para nuestras parejas es justo al revés y por tanto la percepción es la misma. Es por nuestro nivel de estrés y preocupación el que nos lleva (o al menos a mí me ocurre) a pensar que únicamente nosotros percibimos de manera notable esta diferencia de ritmos.

Pido perdón si no he sido capaz de hacerme entender pero a menudo me resulta difícil describir este tipo de sentimientos más relacionados con constructos psicológicos que con sentimientos puramente físicos. Continuaré por tanto auto-analizándome y tratando de aprender cada día un poco más sobre todo lo que significa ser EYACULADOR PRECOZ, que no es poco…