Como ya expresé en el post anterior, para un Eyaculador
Precoz se hace indispensable conocer a fondo cuáles son las fases que
intervienen en el proceso eyaculatorio. Hacerlo nos podrá ayudar a detectar
aquel momento en los que aún estamos a
tiempo de poder “parar” el ritmo
que nos llevará inevitablemente a una eyaculación incontrolada y desastrosa.
Los expertos revelan que son varias
las fases por las que los hombres pasamos desde que comenzamos nuestros
jugueteos amorosos con besitos y arrumacos hasta que la concluimos con la más
que conocida “eyaculación”.
La primera
sería la fase de “Excitación”. Es el principio de toda relación sexual.
Sentimos la necesidad de tener relaciones y a través de besos y manoseos varios nuestro cuerpo entra progresivamente
en un período de agitación y nerviosismo que afecta a nuestra respiración. Es
aquí donde se van produciendo aquellos cambios morfo-funcionales que tiene que
ver con la erección del pene, el ritmo cardíaco, respiración, etc.
La segunda
fase es la denominada “Meseta”. En este período es donde se producen esas
pequeñas (o no tan pequeñas dependiendo del nivel de excitación de cada
individuo) secreciones desde la glándula de Cowper.
Es donde comenzamos a notar que nuestro pene se humedece y segrega un
líquido viscoso y transparente conocido como “fluido preseminal” o
“preeyaculatorio”. Su función no es otra que la de ser un lubricante natural con
el objetivo de facilitar la salida exitosa de semen en la eyaculación a través
de la uretra.
Me detengo
en esta fase pues, para un Eyaculador Precoz aquí comienza su principal
dificultad. Si para cualquier chico esta fase puede durar bastante, para nosotros
este periodo pasa volando. Podría
decirse que, pasamos de la primera fase a la tercera directamente sin apenas
detenernos. Se puede afirmar que, el grado de excitación de un Eyaculador
Precoz en esta fase es ya tan intensa que enseguida pasa a la última fase a una
velocidad asombrosa.
¡Aquí aún es
posible parar!
No sólo es posible sino que debemos
hacerlo si no queremos entrar en un “no retorno” en el que ya sería imposible
dar marcha atrás. Estas pausas pueden presentarse como un problema en nuestras
parejas sexuales pues lógicamente les interrumpe y afecta a su grado de excitación,
pero un Eyaculador Precoz debe, es este momento, redirigir la actividad sexual (hacia
otros puntos erógenos) de manera que pueda seguir disfrutando de la actividad
sexual sin que eso signifique verse abocado a un inminente final que no
satisfaría a ninguno de los dos. ¡Sería un cambio de tercio disimulado!
Y por último
llegaría la tercera y última fase denominada “Eyaculatoria”. Aquí sí que no hay
nada que hacer ni para unos ni para otros. Seas o no Eyaculador Precoz si
entras en la tercera fase ya no puedes dar marcha atrás. Se trata del momento
justo en el que se produce la expulsión del esperma por la uretra. Aquí entra
en juego el conocido “punto de inevitabilidad eyaculatoria” y es que por más
que lo desees es imposible frenar la eyaculación si ya estás dentro de esta
fase.
Parece una
tontería pero a mí me ayuda saber dónde me encuentro en cada momento de mi
actividad sexual. Evidentemente es tu nivel de excitación el que va a
determinar si puedes o no controlar tu eyaculación pero es fundamental saber
cuándo aún estas a tiempo de hacer algo y cuando no, si es que quieres, al
menos, intentarlo.
No perdemos nada por tratar de aprender cada día un poco más sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Esto nos ayudará sin duda a mejorar progresivamente y a hacer todo lo que esté en nuestra mano para solucionar lo que tanto nos preocupa. ¿Y tú? ¿Conocías estas fases? ¿Crees que puede ayudarte a mejorar en algo? ¿Qué piensas al respecto?