La verdad es que he comenzado varias veces a escribir este artículo pero he terminado borrándolo otras tantas porque me resulta complicado empezar. No sé si se va a entender bien lo que quiero transmitir en esta intervención pero voy a tratar de hacerlo lo más claramente posible para que así sea. Uno de los comentarios que ha dejado recientemente un lector del blog me ha hecho reflexionar bastante y quiero dar mi opinión al respecto. En primer lugar bueno, quiero dejar claro que, en este caso soy yo quien ha creado este blog pero que podríais haber sido cualquiera de vosotros (y seguro lo habríais hecho mejor que yo). Me considero uno más, uno de tantos que sufrimos la temida EP y que está aún en el camino del autoconocimiento, que cada día experimenta, aprende, lee, se frustra, se angustia, prueba, siente temor, etc. como cualquiera de vosotros y que está en pleno proceso de aprendizaje respecto a esta disfunción... pero que para nada ha aprendido a vivir con ella, (ojalá) simplemente trato de sobrellevarlo cada día sin que eso perjudique sobremanera mi vida personal (y por tanto sexual y afectiva) que no es nada fácil. Por favor,
¿envidia de mí? Para nada, quizás de todas las personas que han intervenido hasta ahora sea yo una de las más
cobardes porque ni tan siquiera he ido aún al especialista (no por vergüenza sino por otros motivos que ya explicaré). Tampoco mi vida sexual es formidable (bueno, quizá la mía es todo lo formidable que puede llegar a ser por esta limitación pero para nada es tan formidable para mi pareja, para ella no, aunque me haga pensar lo contrario) A pesar de su comprensión y de su respecto hacia mí y hacia nuestras relaciones sexuales sería ilógico pensar que ella está recibiendo todo lo que necesita porque no es así, pero también es verdad que merece conocer y saber lo que nos ocurre.
No podemos mantener relaciones sin contarles lo que nos sucede porque, en el caso de que quieran ayudarnos, si no lo saben, dificilmente podrán hacer nada para hacerlo. Recuero lo difícil que fue (y creo recordar que ya he escrito algo sobre el tema) contarle a mi pareja lo que me sucedía. No fue para nada fácil, lo recuerdo con mucha angustia, pero lo que si tenía claro era que no podía engañarla. Fuera cual fuera su reacción no podía engañarla, esto no se puede ocultar, no tenemos derecho a hacerlo (
además de que físicamente es imposible ocultarlo, al menos si las relaciones sexuales van a ser continuadas) Las relaciones sexuales son cosa de dos y por tanto ellas (o ellos) están directamente implicadas en el asunto y por tanto deben estar al tanto,
pese a que sospechemos que eso pueda aferrarnos series problemas.
Ese es un riesgo que debemos correr. Para nada considero que yo haya superado nada, todo lo contrario, (
tengo 29 años y esto casi acaba de empezar) quizás si hubiera superado todo esto no habría creado este blog, (ojalá fuera innecesaria su existencia) pero lo que si es cierto, es que la experiencia de otras personas me ayudan bastante a sobrellevarlo, porque así
no me siento solo y saber que hay otras personas que están pasando por lo mismo que yo me hace querer seguir luchando por tener una vida lo más normalizada posible. No sé si en un futuro encontrarán una solución definitiva a la EP, tampoco estoy seguro de que yo vaya a verla, quizás esté condenado a vivir así hasta el final de mis días, quien sabe, pero si es cierto que,
es de vital importancia que saquemos valor para poder mirar a la cara a la persona con la que queremos compartir nuestra vida (o sólo nuestra cama) y decirles "antes de nada quiero que sepas que SOY EYACULADOR PRECOZ"
y a partir de ahí... sigamos adelante para bien o para mal. Pedir ayuda es fundamental, y nuestra pareja es la primera persona a la que debemos acudir (luego irán los especialistas; urólogos, sexólogos, psicólogos, etc) pero
desde mi modesta opinión os digo (
y ya os digo que casi no me considero apto para hacer este tipo de comentarios pues estoy seguro de que la mayoría de vosotros sabe mucho más acerca de la EP que yo) que vuestra
pareja es una
herramienta clave para poder atajar alguna solución positiva al respecto.
Me ha entristecido sobremanera el hecho de que haya personas que piensen que "
su vida es una mierda" por todo esto. Ojalá yo pudiera darles la
receta mágica que acabara con todos sus problemas pero desgraciadamente no existe por el momento. Es muy difícil todo esto. Lo sé, pero también hay que mirar todo esto desde
un punto de vista positivo, si es que se puede, y echarle valor y tratar de que la EP no condicione nuestra vida más de lo necesario.
Hablar ayuda,
escuchar y leer las experiencias de los demás también. Tratemos, por tanto, de tomar todo lo mejor de estos comentarios e intervenciones y tratemos de superar esto y que la
felicidad y la
integridad personal sea lo que envuelva nuestra vida.
Tampoco hay que avergonzarse de nada. No nos pueda dar vergüenza hablar del tema,
decir que somos eyaculadores precoces (me refiero al menos en estos entornos y con nuestras parejas, anque sea difícil, a mí aún me cuesta un poco pero lo hago porque me ayuda).
Muchas de las personas con las que hablamos cada día en nuestro trabajo, en la calle, en los bares, etc. sufren también esta disfunción que está más extendida de lo que nos pueda parecer y no lo sabemos.
No debemos avergonzarnos por escribir y decir lo que pensamos, contar lo que nos sucede, para nada. Podemos hacerlo de manera anónima si eso nos preocupa y hablar al respecto ya he dicho que ayuda bastante aunque no lo parezca. Desde aquí quiero dar
ánimos a todas las personas que cada día leen este blog (que poco a poco van siendo más) y transmitirles
mis
deseos de que luchen (tal como lo estoy haciendo yo aunque no sea fácil) y traten de llevar de la mejor manera que les sea posible todo lo que conlleva ser EP, tengan la edad que tengan y se encuentren en el estado que se encuentren. Nunca se debe perder la esperanza y por supuesto ni que decir tiene "tomar caminos que no conducen a nada" no ayudan ni solucionan nada.
A pesar de todo, la vida nos depara grandes cosas aunque a veces no lo veamos tan claro.